Un día, una esperanza. Historia de un militante.
Ramón Pablo Videla
Sólo les pido una cosa: si sobreviven a esta época, no olviden. No olviden ni a los buenos ni a los malvados. Reúnan con paciencia los testimonios sobre aquellos que cayeron por ellos y por ustedes. Un buen dia, el hoy será el pasado, y se hablará de una gran época y de los héroes anónimos que han creado la historia. Quisiera que todos sepan que no hay héroes anónimos. Eran seres con nombres, con rostros, con deseos y esperanzas.
Julius Fucik