Agustín Tosco y el sindicato de luz y fuerza de Córdoba.
Ideario político de Agustín Tosco
Oscar J. Álvarez
con prólogo de Osvaldo Bayer
Este libro va a ayudar a comprender aún más la atmósfera política y gremial de los años sesenta y setenta. Un aspecto de vital importancia: Córdoba y su vida gremial y lo que representó la figura de Tosco. Más todavía que se traen documentos muy importantes acerca de esa época pero tal vez, lo más informativo lo constituye una selección muy profunda de los escritos de este hombre excepcional en la historia del movimiento obrero argentino. El autor ha sido protagonista de toda esa época. Y tiene la calidad de un estilo directo, informativo, sin muchos adjetivos. Hechos. Testimonios fundamentales para comprender lo que fue ese período de cortos gobiernos –elegidos, pero con prohibiciones y dictaduras crueles y corruptas. (…) Tosco, con sencillas palabras de un trabajador expresa conceptos más profundos que cientos de intelectuales que nos hablan desde su torre de marfil. Por ejemplo, y para dejar al lector que comience ya a leer el libro, este último párrafo de la carta que Tosco escribió en junio de 1971 desde la cárcel de Devoto:
“Lo positivo y posible para el pueblo surgirá solamente de la continuidad de la lucha. La clase trabajadora, el estudiantado, las fuerzas y los militantes políticos populares, los sacerdotes del Tercer Mundo, los profesionales, los sectores económicos agredidos por las desnacionalizaciones y el vaciamiento del mercado interno, y las demás organizaciones del pueblo que luchan en todos los terrenos, pueden derrotar con su unidad de acción, con su identidad fundamental de solidaria, al imperialismo y sus aliados nativos que tienen como único propósito mantener y consolidar la estructura capitalista de la dependencia y la explotación”.
El gringo Tosco. Cada barrio obrero del país tendría que tener ya una calle con su nombre. Para aprender lo que es honestidad y sentido de la dignidad y la justicia, la CGT tendría que levantar un monumento a él en su entrada. Nuestras universidades tendrían que estudiar sus discursos y sus cartas desde la cárcel. Un hombre honesto, luchador por los derechos de la mayoría. Un Hijo del Pueblo.
Osvaldo Bayer.