Quizás mañana
Alex Szarazgat
Se llamaba María
y era pecadora.
Infringía costumbres,
rompía prejuicios.
Amaba con pasión,
odiaba sin límites.
Seguía a su hombre
sin someterse.
Predicaba la libertad
a sus hijos.
Llenaba la casa con su ternura,
su religión era la rebeldía,
la solidaridad parte
de su vida.
Se llamaba María
y era pecadora.
Su hogar era refugio
de perseguidos.
En su mesa,
donde no sobraba,
cabía uno más.
El pan escaso compartía
con los camaradas presos,
su canta llevaba alegría,
invitaba al combate.
Puso su cuerpo frente
a la soldadesca.
Unía su voz a
miles de voces que,
como truenos que presagian
tormentas, exigían:
PAZ, PAN Y TRABAJO.
Se llamaba María
Y era pecadora.
No sabía de lujos,
No frecuentaba palacios,
Nunca acepto prebendas.
Vivía su vida
De pueblo, madre y amante.
Se llamaba María
Y era pecadora.
María se llamaba mi madre.
Alex 5/6/2000